Desaladora del Perú obtiene Premio a la Responsabilidad Social Ambiental

La Planta Desaladora de la Mina Cerro Lindo recibió el premio a la Responsabilidad Social y Ambiental en el marco de EXPOMINA 2010, en reconocimiento a las empresas mineras que generan impactos positivos y que realizan proyectos sustentables en las zonas de influencia directa de sus operaciones o proyectos.
El premio fue otorgado por ocupar el primer lugar en la categoría de Medio Ambiente con el programa “Uso agua de mar y Vertimiento cero”.
“Esta planta desaladora trabaja con una tecnología de osmosis inversa, que permite obtener agua dulce a partir del agua de mar. Teniendo en cuenta que del 100% de agua del planeta, sólo el 2,5% es agua dulce, este tipo de tecnologías es vital para preservar el líquido elemento”, mencionó Eliana Caballero, Coordinadora de Imagen y Comunicaciones de Compañía Minera Milpo.
El mecanismo de funcionamiento de la planta se basa en bombear el agua del mar y pasarla por sistemas de microfiltración, posterior a ese paso; el agua desalada es utilizada en los procesos mineros y metalúrgicos.

Ocho de cada diez menores sufren por violencia en Bolivia

En el país, ocho de cada 10 niños sufren violencia intrafamiliar, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés). 
De acuerdo con el especialista de Unicef, Wolfgang Friedl, los niños que sufren violencia “tienen conocimiento de sus derechos, pero no denuncian”. 


Por eso Petrobras, la Fundación Amigo de la Responsabilidad Social y Unicef se unieron para realizar el programa “La Niñez Cuenta” y capacitar a aproximadamente 250 niños en comunicación; así ellos, mediante algunos programas que realicen, podrán expresar sus derechos. 

Además de esos cursos, estará el programa “Caravanas artístico-educativas”, en la que, mediante el teatro, la pantomima y otras actividades, podrán difundir, promocionar y exigir sus derechos y generar conciencia y respeto de los adultos. 

Entre tanta alegría una reflexión de Responsabilidad Social





Publicado Martes 12 de octubre de 2010 | La Nación de Chile  Opinión



Las imágenes de los mineros recorren el mundo, dando cuenta del enorme despliegue tecnológico y operativo efectuado para llevar a cabo con éxito el rescate, y por mantener, en el intertanto, la mejor calidad de vida para ellos.

Sin embargo, también recorren el mundo imágenes que dejan al descubierto lo precario de las condiciones laborales en nuestro país.

El sólo cumplimiento de la legalidad vigente no hace a una organización socialmente responsable. Y aquí surge una pregunta relevante: ¿qué vamos a entender por organización?

El diccionario señala que una organización es una “asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines”.

Por lo tanto, hablar de responsabilidad social de una organización nos debe llevar a pensar en el compromiso social individual, donde tenemos la capacidad de afectar las decisiones y actividades de otros.

Exigir una actuación socialmente responsable de una organización nos impone la obligación moral de nuestro actuar responsable.

No deberíamos sorprendernos del actuar socialmente irresponsable de otros, sin mirar lo que es de nuestro propio cargo.

Se desprenden dos grandes tareas: la primera, hacernos cargo de nuestro propio actuar; la segunda, formar a nuestros niños y jóvenes en un comportamiento ético y socialmente responsable.

La relación entre ambas es obvia: la enseñanza de valores éticos no puede realizarse en forma exitosa y sustentable sin la completa convicción y práctica coherente de quien lo enseña.

Sonia Vera Oñat, Directora Ingeniería Civil Industrial

Universidad Autónoma Sede Santiago

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