Entre tanta alegría una reflexión de Responsabilidad Social





Publicado Martes 12 de octubre de 2010 | La Nación de Chile  Opinión



Las imágenes de los mineros recorren el mundo, dando cuenta del enorme despliegue tecnológico y operativo efectuado para llevar a cabo con éxito el rescate, y por mantener, en el intertanto, la mejor calidad de vida para ellos.

Sin embargo, también recorren el mundo imágenes que dejan al descubierto lo precario de las condiciones laborales en nuestro país.

El sólo cumplimiento de la legalidad vigente no hace a una organización socialmente responsable. Y aquí surge una pregunta relevante: ¿qué vamos a entender por organización?

El diccionario señala que una organización es una “asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines”.

Por lo tanto, hablar de responsabilidad social de una organización nos debe llevar a pensar en el compromiso social individual, donde tenemos la capacidad de afectar las decisiones y actividades de otros.

Exigir una actuación socialmente responsable de una organización nos impone la obligación moral de nuestro actuar responsable.

No deberíamos sorprendernos del actuar socialmente irresponsable de otros, sin mirar lo que es de nuestro propio cargo.

Se desprenden dos grandes tareas: la primera, hacernos cargo de nuestro propio actuar; la segunda, formar a nuestros niños y jóvenes en un comportamiento ético y socialmente responsable.

La relación entre ambas es obvia: la enseñanza de valores éticos no puede realizarse en forma exitosa y sustentable sin la completa convicción y práctica coherente de quien lo enseña.

Sonia Vera Oñat, Directora Ingeniería Civil Industrial

Universidad Autónoma Sede Santiago

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